Ganancia de peso, exceso de peso y función renal en pacientes que evolucionan con un trasplante renalIntroducción: El paciente que evoluciona después de, y con, un trasplante renal (TR) puede encontrarse en riesgo incrementado de numerosas complicaciones metabólicas que eventualmente afecten el funcionamiento del injerto si no adopta conductas saludables de vida y alimentación. La ganancia excesiva de peso es un hallazgo común después del TR y suele asociarse a dislipidemias proaterogénicas e insulinorresistencia. Objetivo: Evaluar las repercusiones de la ganancia de peso ocurrida tras el TR sobre la función del injerto, el metabolismo lipídico y la función adipocitaria visceral. Locación del estudio: Consulta ambulatoria del Servicio de Nefrología del Hospital “Dr. Luis Díaz Soto” (La Habana, Cuba). Diseño del estudio: Retrospectivo, analítico. Serie de estudio: Veintiocho pacientes TR (Hombres: 64.2 %; Edad promedio: 44.2 ± 12.9 años; Edades ≥ 60 años: 10.7 %) que acumularon 6 meses de evolución del TR (Creatinina sérica: 132.1 ± 35.0 mmol.L-1; TFG: 61.3 ± 21.7 mL.minuto-1; TFG < 60 mL.minuto-1: 39.2 %). Métodos: Se examinaron los cambios ocurridos en los 6 meses transcurridos después del TR en el status antropométrico y hematobioquímico del paciente TR. El índice de adiposidad visceral (IAV) de Amato et al. (2010) se calculó con los valores corrientes de la circunferencia de la cintura (CC), el índice de masa corporal (IMC), los triglicéridos séricos y la fracción HDL. Resultados: La ganancia de peso promedio en los 6 meses transcurridos del TR fue de 7.9 ± 5.8 kg (p < 0.05). Los cambios ocurridos en el status antropométrico fueron como sigue: IMC: Diferencia = -3.1 ± 2.4 kg.m-2 (p < 0.05); CC: Diferencia = -2.8 ± 4.2 cm (p < 0.05); ICT: Diferencia = -0.02 ± 0.03 (p < 0.05). La TFG disminuyó a medida que aumentó el IMC: IMC entre 18.5 – 24.9 kg.m-2: 69.8 ± 9.9 mL.minuto-1; IMC ≥ 25.0 kg.m-2: 61.5 ± 15.7 mL.minuto-1; y IMC ≥ 30.0 kg.m-2: 53.1 ± 15.3 mL.minuto-1 (p < 0.05; test de Kruskal-Wallis para comparaciones múltiples). Los cambios ocurridos en el status hematobioquímico fueron como sigue: Hemoglobina: Diferencia = -26.4 ± 9.5 g.L-1 (p < 0.05); Colesterol total: Diferencia = -2.0 ± 1.1 mmol.L-1 (p < 0.05); Triglicéridos: Diferencia = -1.1 ± 0.8 mmol.L-1 (p < 0.05); HDL: Diferencia = +0.3 ± 0.3 mmol.L-1 (p < 0.05); LDL: Diferencia = -0.5 ± 0.4 mmol.L-1 (p < 0.05); y VLDL: Diferencia = -0.5 ± 0.4 mmol.L-1 (p < 0.05). La frecuencia de dislipidemias a los 6 meses del TR fue como sigue: Hipercolesterolemia: 85.7 % (Diferencia = -78.6 %; p < 0.05); Hipertrigliceridemia: 100.0 % (Diferencia = -17.9 %; p > 0.05); HDL disminuida: 64.3 % (Diferencia = -39.3 %; p < 0.5); y LDL aumentada: 50.0 % (Diferencia = -39.3 %; p < 0.05). El índice IAV promedio 6 meses después del TR fue de 4.1 ± 2.8. El cambio ocurrido en el índice IAV fue significativo (Diferencia = -3.2 ± 2.9; p < 0.05). Los pacientes TR se presentaron con una grave disfunción adipocitaria visceral. Conclusiones: La ganancia de peso observada en los pacientes TR se reflejó en un aumento de la grasa visceral abdominal. La TFG disminuyó a medida que aumentó el IMC. Las dislipidemias proaterogénicas fueron también prevalentes en los pacientes 6 meses después del TR. Los pacientes TR exhibieron una disfunción adipocitaria visceral grave.
Tomás de Armas Gil, Yeneisis Herrera Oropesa, Lourdes Crespo Aceval, Teresa Pedroso Garriga
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Ganancia de peso, dismetabolia y función renal al año del trasplante renalJustificación: La ganancia excesiva de peso puede incrementar el riesgo de insulinorresistencia y Síndrome metabólico en el nefrópata que recibe un injerto renal. Objetivos: Examinar la influencia del sexo y la edad del sujeto, la procedencia del injerto (Vivo/Cadáver), el protocolo de inmunosupresión, la enfermedad causante de la insuficiencia renal, y el estado de la función renal (medida de la creatinina sérica) sobre la ganancia de peso del paciente al año del trasplante renal (TR); y a su vez, la asociación de la ganancia registrada de peso con varias de las facetas del Síndrome metabólico. Diseño del estudio: Retrospectivo y analítico. Serie de estudio: Pacientes mayores de 18 años con un año de evolución de un TR, atendidos en la Consulta Externa del Servicio de Nefrología del Hospital Clínico quirúrgico “Hermanos Ameijeiras” (La Habana, Cuba). El tratamiento inmunosupresor comprendió Ciclosporina A, Prednisona y/o un antimetabolito. Métodos: Se calculó la ganancia de peso = [Peso al año de trasplante – Peso pre-trasplante]. La ganancia de peso se distribuyó según las variables del estudio. Resultados: El exceso de peso afectó al 56.8% de la serie (Obesidad: 19.3%). El 44.0% de ellos ganó más de 10 Kg de peso en el año siguiente al injerto. Las mujeres, los pacientes que recibieron el injerto de un donante vivo, y los medicados con un protocolo de 2 fármacos mostraron las mayores ganancias de peso. Las dislipidemias y el Síndrome metabólico se asociaron con una ganancia superior de peso. La ganancia de peso fue independiente del FG y la proteinuria. Conclusiones: La ganancia de peso fue excesiva en casi la mitad de los trasplantados y se asoció con varias de las características del Síndrome metabólico.
Gerardo Borroto Díaz, Mardia Quintanilla Andino, Malicela Barceló Acosta, Lisandra Cabrera Valdés
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Sobre la asociación entre los eventos clínicos de los pacientes trasplantados renales y la composición corporalIntroducción: El estudio de la composición corporal del nefrópata que ha sido trasplantado es un elemento importante de la evaluación nutricional, y se encamina a detectar la repercusión de varios eventos clínicos que a través de la inflamación (como factor fisiopatológico integrador) pueden generar trastornos nutricionales y con ello un riesgo mayor para una evolución desfavorable. Objetivo: Estimar las asociaciones que puedan existir entre la composición corporal del nefrópata trasplantado (NT) y factores demográficos y clínicos selectos. Diseño del estudio: Prospectivo, transversal, analítico. Serie de estudio: Ochenta y ocho NTs (Hombres: 57.9 %; Edad promedio: 46.2 ± 11.4 años; Edades ≥ 60 años: 12.5 %; Donante cadáver: 81.8 %; Tiempo de realizado del trasplante renal: 6.1 ± 5.8 años; eFG promedio: 49.0 ± 16.7 mL.minuto-1 * m2 de superficie corporal; eFG < 60 mL.minuto-1: 73.8 %) con un año (o más) de vida del injerto renal; que eran tratados con la combinación prednisona + ciclosporina A + micofenolato de mofetil; y que no presentaron intercurrencias en el momento de la investigación. Métodos: La composición corporal del NT se reconstruyó mediante bioimpedancia eléctrica (BIE) de arco inferior, y se describió con un modelo tetracompartimental: Peso corporal = Masa grasa + Proteínas + Minerales + Agua corporal total. Se hicieron previsiones adicionales para la grasa visceral (GV). El tamaño de los compartimientos corporales se correlacionó con el sexo y la edad del sujeto, el tipo de donante del órgano, el tiempo transcurrido del trasplante, la tasa de filtración glomerular, y el Índice de Masa Corporal (IMC) como indicador de adiposidad corporal global. Resultados: La composición corporal del NT fue como sigue: Peso corporal: 70.4 ± 16.3 kg; IMC: 25.1 ± 5.1 kg.m-2; ICT: 0.54 ± 0.08; Grasa corporal: 24.5 ± 11.1 % del peso corporal; Proteínas: 18.1 ± 4.3 %; Minerales: 3.8 ± 0.5 %; y Agua corporal total: 53.6 ± 7.2 %; respectivamente. El tamaño de la masa magra fue del 75.5 ± 13.9 %. La GV fue de 7.5 ± 4.1 kg. La GC fue dependiente del sexo del NT: Hombres: 19.0 ± 7.8 % vs. Mujeres: 32.1 ± 10.4 % (D = -13.1 %; p < 0.05). Se encontraron relaciones circulares entre la GC, el IMC, el ICT y la GV. El cambio en la GC se trasladó a cambios en el agua corporal y el contenido corporal de proteínas. Conclusiones: El tamaño corriente de los compartimientos corporales en los NTs solo podría explicarse por el sexo del sujeto. Una GC aumentada se asoció con valores mayores del IMC, el ICT y la GV.
Geraldo Borroto Díaz, Judith Gudelia Alanes Sirpa, Malicela Barceló Acosta
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Estado nutricional del paciente trasplantado renal. Asociación con la función del injerto renal, la insulinorresistencia y las complicaciones metabólicasSe exploraron las asociaciones entre el estado nutricional de 60 pacientes trasplantados renales y la vitalidad del injerto renal, la presencia de insulinorresistencia y la ocurrencia de complicaciones metabólicas. El 21.8% de los pacientes estaba desnutrido, mientras que la obesidad afectó el 26.6%. Los pacientes desnutridos mostraron los valores menores de Albúmina, Colesterol y Hemoglobina, junto con las cifras mayores de Triglicéridos. La desnutrición se asoció con una función disminuida del injerto renal: el filtrado glomerular observado en los desnutridos fue de 26.4 ± 12.1 L.minuto-1, y la Creatinina sérica fue de 304.0 ± 62.3 mmol.L-1. En todos los trasplantados se constató la presencia de insulinorresistencia tras la observación de niveles séricos elevados de insulina 2 horas después de una sobrecarga de glucosa y valores altos del índice HOMA-R. Las complicaciones metabólicas se concentraron en los trasplantados obesos: el 100.0% de ellos presentó hipertensión arterial, el 75.0% mostró hipercolesterolemia; y el 37.5% diabetes post-trasplante. Por el contrario, la hipertrigliceridemia  afectó primordialmente al 53.8% de los trasplantados renales. El trasplantado renal puede mostrar fenotipos nutricionales polares, en relación con factores patogénicos como la función disminuida del injerto renal y la presencia de insulinorresistencia. Estos fenotipos nutricionales pueden contribuir a la aparición de fenómenos metabólicos, como la hipertensión arterial, las dislipidemias y la diabetes post trasplante. El estado nutricional del trasplantado renal debe ser seguido sistemática y regularmente por el equipo básico de trabajo, a fin de detectar y corregir inmediatamente los trastornos nutricionales que se presenten, debido a la implicación metabólica de los mismos.
Gerardo Borroto Díaz, Maricela Barceló Acosta, Carlos Guerrero Díaz, Jesús Barreto Penie
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Grasa visceral, circunferencia de la cintura e injerto renal. Asociación con trastornos metabólicos y función renalJustificación: La excesiva ganancia de peso en el trasplantado renal ocurre predominantemente a expensas de la grasa visceral. La medición de la grasa visceral por tanto puede alertar sobre trastornos metabólicos asociados al exceso de peso. Objetivo: Determinar si la circunferencia de la cintura como subrogado de la grasa visceral puede predecir  trastornos metabólicos derivados de la resistencia a la insulina, así como la falla del injerto renal. Diseño del estudio: Analítico, transversal. Serie de estudio: Ochenta y ocho pacientes trasplantados (Hombres: 57.9%; Edades >=60 años: 7.9%; Tiempo promedio de vida del injerto: 6.1 -/+ 5.7 años) atendidos en la Consulta Externa del Servicio de Nefrología del Hospital Clínico quirúrgico “Hermanos Ameijeiras” (La Habana, Cuba). Métodos: La grasa visceral (GV) se midió mediante bioimpedancia eléctrica (BIA). La circunferencia de la cintura (CC) se midió en centímetros alrededor del ombligo. Se estimó la influencia de variables demográficas y clínicas selectas sobre la GV y la CC. A su vez, se evaluó la asociación entre la ganancia de peso, las facetas del Síndrome metabólico (SM) y la función renal, por un lado, y la GV y la CC, por el otro. Las asociaciones de interés se corrigieron según el tiempo de vida del injerto. Resultados: El 34.0% de los trasplantados presentó valores elevados de la CC. La serie de estudio se distribuyó según los terciles de la GV como sigue: Primer tercil: 0 – 5.9 Kg: 35.0%; Segundo tercil: 6.0 – 9.9 Kg: 34.0%; Tercer tercil: >= 10.0 Kg: 31.0%, respectivamente. La GV y la CC se correlacionaron estrechamente. El comportamiento del indicador antropométrico fue independiente de las variables demográficas y clínicas del estudio, y el tiempo de vida del injerto. La GV se asoció con una mayor presencia de SM, proteinuria patológica y filtración glomerular disminuida. La CC solo se asoció con una mayor presencia de la proteinuria patológica. Conclusiones: La GV medida mediante BIA puede ser útil en la predicción de la ocurrencia del SM y daño glomerular con proteinuria concomitante. La utilidad predictiva de la CC pudiera estar afectar por otros factores propios de la historia del trasplantado.
Gerardo Borroto Díaz, Mardia Quintanilla Andino, Malicela Barceló Acosta, Lisandra Cabrera Valdés
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Complicaciones metabólicas tras el trasplante renalEl paciente trasplantado renal se encuentra en riesgo incrementado de numerosas complicaciones metabólicas que pueden afectar el funcionamiento del injerto y causar disfunción temprana del mismo, y, de no intervenirse oportunamente, la pérdida del riñón trasplantado, y la propia vida del paciente. Las causas de tales complicaciones metabólicas se organizan alrededor de la resistencia a la acción de la insulina y los estados alterados de utilización periférica de la glucosa. A la insulinorresistencia contribuye desde el fondo genético del enfermo y la causa primaria de deterioro de la función renal, hasta el tratamiento inmunosupresor, la ganancia excesiva de peso, la distribución visceral de la grasa corporal, y el funcionalismo del riñón injertado. No deben pasarse por alto los estilos de vida y alimentarios del enfermo, entre ellos, el sedentarismo y la participación desproporcionada de las grasas alimentarias dentro de la dieta regular. La identificación, corrección y eventual prevención de las complicaciones secundarias al trasplante renal obliga a la actuación multi- e inter-disciplinaria en todos los dominios del estado de salud del paciente trasplantado tales como las características del régimen inmunosupresor, la actividad física, y la alimentación. La promoción de una dieta equilibrada y variada, la práctica sistemática de ejercicio físico, la reorientación de los estilos de vida del paciente, y la adecuación del tratamiento inmunosupresor a cada etapa en la evolución del trasplante renal debe resultar en una supervivencia prolongada del injerto, y una mejor calidad de vida tanto del sujeto como de los familiares.
Gerardo Borroto Díaz, Malicela Barceló Acosta
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Impacto de la diabetes tipo 2 sobre la evolución del Injerto renal

Justificación: La Diabetes mellitus tipo 2 (DMT2) puede ser causa y también consecuencia del trasplante renal (TR). La evolución del injerto renal puede ser desfavorable en el nefrópata diabético si se le compara con la de otros pacientes trasplantados por causas diferentes. Objetivo: Comparar la evolución clínica del TR según la condición de la DMT2: Pre-existente vs. Desarrollada de novo. Diseño del estudio: Retrospectivo. Serie de estudio: Nefrópatas con edades > 15 años que recibieron un TR en el Hospital Clínico-quirúrgico “Hermanos Ameijeiras” (La Habana, Cuba), y en los que el injerto sobrevivió el primer año de vida, desde el inicio del programa hospitalario de TR hasta el 31 de Diciembre del 2013. Se excluyeron los terceros trasplantes, y los trasplantes combinados. Material y método: Se recuperaron los datos demográficos y clínicos del paciente trasplantado, la condición de la DMT2, las complicaciones ocurridas durante el primer año de vida del injerto, y el estado corriente del mismo. Se incluyeron en la serie de estudio pacientes trasplantados no diabéticos. Resultados: Según la condición de la DMT2, la serie de estudio se comportó como sigue: Grupo I: Diabéticos preexistentes: 7% vs. Grupo II: Diabéticos pos-trasplante: 15%. Los grupos fueron similares en cuanto al sexo, el tratamiento inmunosupresor, y la procedencia del injerto. Los trasplantados diabéticos (Grupos I + II) fueron más añosos que los no diabéticos (Grupo III). Las causas de pérdida del injerto fueron similares para todos los grupos: muerte del paciente y nefropatía crónica del injerto. Asimismo, las causas de mortalidad se presentaron por igual en los tres grupos: infecciones y enfermedades cardiovasculares. La hipertensión arterial, la dislipemia, la obesidad, la hiperuricemia, y el síndrome metabólico (SM) fueron más frecuentes entre los diabéticos. Los diabéticos pretrasplante presentaron tasas comparativamente disminuidas de la función del injerto al año, la supervivencia al año del injerto, y de la propia supervivencia del paciente al cabo de este período. Conclusiones: Los pacientes que arriban a la enfermedad renal crónica debido a la nefropatía diabética pueden tener opciones reducidas de trasplantarse. La evolución del nefrópata diabético preexistente después del injerto puede ser inferior a la de aquellos que desarrollan la Diabetes tras el injerto.

Gerardo Borroto Díaz, Erik Prado, Malicela Barcelo Acosta
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